El agua devuelve la alegría a comunidades en Ecuador

16 de Agosto de 2018

A través de campañas se ha promovido en las escuelas el uso responsable de agua potable y servicios sanitarios. Foto: María José Lazo

“Anteriormente, el agua era traída con caballos: cuatro litros diarios. Por eso, las familias carecían de agua y los niños iban a la escuela sin poder lavarse”, dice la profesora  de un colegio en el pueblo Unión Manabita.

En las áreas rurales del Ecuador, muchos carecen de acceso al agua en sus hogares y experimentan una limitación en su calidad de vida. Ante la escasez de este recurso se puede ejercitar sólo una higiene básica y la falta de agua potable tiene un impacto negativo en la salud. Además, el uso del tiempo para obtener el agua y llevarla a los hogares limita la realización de otras actividades.
La gestión de los recursos hídricos en Ecuador se ha caracterizado también por una compleja coordinación entre las instituciones y los actores sociales involucrados, la falta de políticas nacionales para el agua, y una baja participación de la ciudadanía.

El “Programa Gobernabilidad del Sector Agua y Saneamiento en el Ecuador” fue financiado por el Fondo ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio) del Gobierno de España y recibió apoyo del PNUD junto a otras agencias de la ONU y diversas entidades gubernamentales: la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA), el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI), y el Ministerio de Salud Pública (MSP). La duración del proyecto fue de cuatro años y contó con un presupuesto de US $5.8 millones, destinado a apoyar el “Plan Nacional del Agua”.

Más de 28.000 personas en 61 comunidades rurales de las provincias de Manabí, Bolívar, Los Ríos y Esmeraldas se beneficiaron de las nuevas formas de gestión de agua. Estas apuntan a mejorar el uso responsable y la gestión del agua potable y el saneamiento a través de una nueva cultura de este recurso: fortalecimiento de juntas administradoras de agua potable, el monitoreo comunitario de la calidad del agua, manejo y prevención de conflictos sobre el uso del agua y campañas de higiene, entre otras iniciativas. Muchos de los beneficiarios son familias numerosas que gracias a este programa han experimentado una mejora visible en su calidad de vida.

El PNUD apoyó la construcción de guías metodológicas sobre uso sostenible del agua, capacitó a 50 juntas administradoras de agua potable y conformó tres asociaciones de juntas administradoras de agua potable en tres comunidades. Además, conformó 10 clubes juveniles ecológicos, realizó campañas educativas, mejoró el acceso a servicios de agua potable y saneamiento en 17 comunidades y cinco centros educativos rurales, y 10 lideresas locales fueron empoderadas para la gestión de servicios de agua potable y saneamiento.

El proyecto ha financiado y construido 145 baños o Unidades Básicas Sanitarias (UBS, con arrastre de agua) y 76 Unidades Sanitarias Ecológicas (USE o baños secos). Se han rehabilitado o construido exitosamente nuevas unidades en 13 escuelas, beneficiando a cerca de 7.000 alumnos.

Además, el PNUD facilitó los espacios de diálogo y consenso para desarrollar diversas propuestas de ley: “Prestación de Servicios de Agua y Saneamiento”, “Estrategia de gestión integrada de recursos hídricos” y el “Plan de vigilancia de calidad del agua”.

“El Programa conjunto se constituyó como un espacio de trabajo y diálogo interinstitucional a nivel nacional y local, principalmente para la formulación e implementación de políticas públicas sectoriales y de planes de desarrollo y ordenamiento territorial a nivel local, con enfoque de derechos humanos”, afirmó Diego Zorrilla, representante del PNUD en Ecuador.

Las mujeres han sido un pilar fundamental en la ejecución del proyecto y desde el inicio se ha contribuido a la equidad de género con el fortalecimiento del liderazgo femenino en la prestación de servicios de agua potable y saneamiento a nivel municipal, parroquial y comunitario. Asimismo, se ha promovido su participación activa en las asambleas comunitarias y en todas las actividades del programa.

La participación de niñas y niños, así como de adolescentes, ha sido activa en centros educativos mediante la conformación de clubes ecológicos que implementan campañas sanitarias. Se han promovido cambios en los hábitos higiénicos con apoyo de iniciativas que promueven los propios alumnos. Se observa el buen cuidado que hacen los alumnos de sus instalaciones sanitarias, el uso responsable del agua potable y servicios sanitarios en sus hogares, y la conciencia ambiental que se ha generado en muchas de las comunidades de intervención del programa.

Ahora las comunidades cuentan con agua de calidad y en forma permanente en sus hogares y escuelas. Esto ha permitido a las personas ejercer su derecho al agua potable, mejorar su higiene y dedicar su tiempo a otras actividades productivas.

“Ahora abrimos la llave y tenemos agüita en la casa. Los niños venían ajados, con sueño, sin ganas de trabajar, ahora no, hasta la fisonomía del niño cambia”, cuenta Eureo Sánchez, un profesor de la comunidad de El Algodón, provincia de Manabí, sobre sus alumnos y sus condiciones de vida antes de la puesta en marcha del proyecto.

Aspectos destacados

  • El proyecto logró más de 28.000 beneficiarios en 61 diferentes comunidades, con un presupuesto de US $5.8 millones.
  • Se han rehabilitado o construido baños en 13 escuelas, 4 de estas en las mismas comunidades donde se ha rehabilitado o construido sistemas de agua potable, beneficiando a cerca de 7.000 alumnos.
  • El proyecto apoyó la conformación de 3 asociaciones de juntas administradoras de agua potable en 3 comunidades y 10 clubes juveniles ecológicos.