Jóvenes e Informalidad laboral: sus voces desde los datos

23 de Abril de 2021

 

 

 

Es indudable que los jóvenes enfrentan una situación de precariedad e informalidad laboral que se ha vuelto apremiante en el contexto de la crisis sanitaria. abre preguntas que necesitan ser narradas desde los datos. ¿Cuáles son las brechas entre jóvenes rurales y urbanos? ¿Cómo se manifiesta la división sexual del trabajo en los jóvenes en situación de informalidad? ¿Qué papel tiene el trabajo de cuidados en la precarización de las mujeres y el acceso al empleo remunerado? Estas son solo algunas de las preguntas de investigación que se hicieron 23 organizaciones de jóvenes de la Escuela de Datos, edición 'Informalidad Juvenil', convocadas desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el apoyo de Datalat. Dichas organizaciones, dedicar sus esfuerzos a crear oportunidades para jóvenes vieron una oportunidad en realizar esta convocatoria de manera conjunta, y así mejorar la comprensión de la informalidad desde el uso de datos. Para poder profundizar en estas preguntas, las yy los jóvenes dedicaron 9 semanas a participar en 4 módulos para aprender herramientas sobre procesamiento, manejo y análisis de datos.

La Escuela de Datos es una iniciativa desarrollada en el marco del proyecto interagencial ONU Fondo ODS , 'Expandiendo la Protección Social a Hombres y Mujeres en la Economía Informal' del PNUD, la Organización Internacional para el Trabajo (OIT) y ONU Mujeres, que tiene como objetivo incorporar a la población joven (18-29 años) en condiciones de informalidad laboral al sistema de seguridad social contributiva y fomentar el acceso al trabajo decente en Quito, Guayaquil, Loja y Machala. Esto se ejecuta con el apoyo de nuestro socio, Datalat .

 

 

¿Qué análisis fueron realizados por los jóvenes?
 

En algunos casos, las y los jóvenes se interesaron por investigar temáticas cercanas a su realidad o por el tipo de problemática que se trataba. En total, se realizaron cinco análisis por un grupo de 26 jóvenes, quienes participaron en la Escuela de Datos siendo autores de estas investigaciones. Los resultados y opiniones no representan la posición oficial de las agencias de la ONU, ni del Fondo ODS. 

El  primer proyecto se dedicó a visibilizar las diferencias del mercado laboral juvenil entre lo rural y lo urbano. El análisis se centra en describir las diferencias en los ingresos y el acceso a la seguridad social. La reflexión en torno al ingreso muestra la conexión entre el lugar de trabajo y la actividad económica. En la ruralidad, las actividades agropecuarias son predominantes y la paga es inferior a actividades comerciales de la ciudad. Por otro lado, quienes trabajan en el ámbito rural no gozan de extensa cobertura de seguridad social, por lo que no están accediendo a este derecho; en específico, los hombres tienen menos cobertura que las mujeres, 64% y 84% respectivamente. Este fue un hallazgo inesperado para el equipo.

“Cuando somos niños soñamos muy alto, pensamos que llegaremos lejos y pasamos largas horas imaginando un futuro prometedor en un trabajo de ensueño. Nací lejos de la ciudad, muy lejos, en un pueblito y crecí alrededor de duros trabajos como la agricultura y la ganadería (...). "

Fuente: Tandaza et al, 2020 ( Mapa de la historia )

 

 

El  segundo proyecto  se centra en el impacto que tuvo la crisis sanitaria en los emprendimientos de los jóvenes, analizando su situación laboral e interés de afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Más de la mitad de los emprendimientos cerraron. Los sectores más afectados por la pandemia son los servicios profesionales y venta de víveres, y la reducción salarial fue del 21 al 50%. En cuanto a la cultura previsional de los jóvenes emprendedores, el 44,6% responde tener interés de estar afiliado, pero no tiene claro cuál son los servicios, ni los beneficios que obtendrían.
 

“La pandemia COVID-19 se ha presentado como una motivación para emprender, ya sea por necesidad u oportunidad. Actualmente, hay una mayor cantidad de negocios activos por parte de jóvenes emprendedoras ”.

Fuente: Amaya et al, 2020 ( Mapa de la historia )

El tercer proyecto cubre la temática de economía del cuidado y brechas de ingreso. La tarea de cuidados está relegada casi exclusivamente a las mujeres. Antes de la pandemia, el 74,29% de las mujeres realizaban una actividad productiva vinculada al tema de cuidados, mientras que solo un 24,71% de hombres lo hacían. Durante la pandemia, el 89,74% de las mujeres que perdieron su trabajo buscaron uno en actividades de servicios. Antes de la pandemia el 24,83% de los hombres ganaba menos de 200 dólares mensuales, mientras que el 38,9% de las mujeres, casi el doble, percibía ese salario.

"Cocinar, limpiar, arreglar la casa, cuidar de las niñas y niños, de personas mayores o enfermos, son todas actividades de cuidado realizado generalmente por mujeres".

Fuente: Quiñonez et al, 2020 (Mapa de la historia )

 

 

El cuarto proyecto analiza la situación laboral general de los jóvenes, enfatizando las circunstancias de trabajo en las cuales sufren de explotación laboral. El nivel de ingresos es desalentador. Incluso antes de la pandemia, el 73,64% de los jóvenes ganaba mensualmente por debajo de 400 dólares. A raíz de la pandemia, un 22,1% de jóvenes tuvieron una reducción salarial del 51 al 75%. Esta situación es aún más difícil para jóvenes con hijos y dependientes. El 59% no ha podido generar un ingreso en los 3 primeros meses de la pandemia.
 

“La mayoría de jóvenes no goza de trabajos dignos con prestaciones:“ guardería (0,42%), indemnizaciones (1,70%), licencias de maternidad (1,86%), vacaciones (3,96%), y licencia por enfermedad (4,56%) ”.  

Fuente: Vallejo et al, 2020 (Mapa de la historia)

Finalmente, y vinculado al tema anterior, el quinto proyecto expone sobre la precarización laboral en la ciudad de Quito. Casi ningún joven recibe una prestación social por su trabajo en esta ciudad, y su retribución monetaria está por debajo del salario básico unificado. El 41,7% recibe menos de 400 dólares mensuales. Los jóvenes con menor nivel de instrucción se ven más afectados, ya que trabajan en los sectores más contraídos por la pandemia. Por otra parte, de los jóvenes con trabajos en venta de víveres, el 29% no tiene educación. El 50,6% de jóvenes en general no tiene un ingreso mensual fijo, sino variante que aumenta o disminuye de acuerdo con el giro del negocio de la semana.

También se evidencian brechas de género: “se tiene 106 hombres a comparación de solo 53 mujeres. Con una reducción laboral de 21 a 40 horas, se tiene una paridad entre hombres y mujeres ”.

Fuente: Quiñonez et al, 2020 (Mapa de la historia )

 

 

Si has realizado una investigación de cualquier índole en temas de trabajo juvenil y te gustaría publicar tus resultados en nuestro sitio Web https://informalidadjuvenil.org/ , contáctanos a  ana.grijalva@unpd.org. 
 

Buscamos que la plataforma 'Jóvenes e Informalidad ' se siga construyendo de manera colectiva.

Ana M. Grijalva         
Responsable de Exploración del Laboratorio de Aceleración

Paulina Jiménez
Responsable de Mapeo de Soluciones del Laboratorio de Aceleración

Todas las imágenes han sido tomadas de Canvas